En la última recta de 2025, vamos a ir pensando en el momento por excelencia para el team building y el networking… la fiesta de Navidad de empresa.
Este evento suele repetir la misma escena año tras año: un salón lleno de mesas, un repertorio conocido y discursos que, en ocasiones, pasan desapercibidos o, incluso, aburren y desconectan a los profesionales de los valores que quiere transmitir la empresa.
Pero hay otra posibilidad: aprovechar ese momento único en el calendario para alinear personas, celebrar aciertos y, sobre todo, encender la curiosidad por lo que viene.
Un buen evento de cierre puede ser el último capítulo de una historia bien contada durante el año… y el primer empujón hacia 2026.
¿Quieres dar un giro al evento navideño de tu empresa este 2025? ¡Sigue leyendo!
Cierto: la forma es importante, pero sin contenido, un evento no vale nada. Si entras por la estética, saldrás con adornos bonitos y pocos resultados.
Lo primero es responder a una pregunta sencilla: ¿qué quieres que ocurra después del evento y que no está pasando hoy? Cuando el propósito es concreto, el resto encuentra sentido.
Plantea tus metas como si fueran experimentos medibles: “lograr que un 15% más del equipo se sienta orgulloso de pertenecer” o “conseguir que siete de cada diez recuerden los ejes estratégicos para 2026”.
Con un objetivo claro:
- Decides formato (presencial, híbrido, virtual).
- Seleccionas invitados y roles.
- Asignas métricas y responsables.
Recorrido emocional: storytelling en la fiesta de navidad
Los eventos memorables tienen ritmo. No se trata de llenar minutos, sino de crear una trayectoria: abrir, tocar fibras y cerrar con impulso.
Cuenta una historia en tres actos:
- Apertura: contextualiza con una pieza breve (vídeo real, microtestimonio o animación) que explique por qué estamos juntos.
- Núcleo: combina reconocimiento, participación y sorpresa (micro-actividades, mesas temáticas, retos en tiempo real).
- Cierre: una llamada a la acción clara para 2026 (un reto público, una promesa de equipo o una pequeña votación que marque la prioridad real).
Basándonos en nuestra experiencia, aquí tienes algunas ideas sencillas que funcionan:
- Micro-espacios temáticos (cada espacio representa un pilar estratégico).
- Talleres relámpago de 20–30 minutos que generen soluciones aplicables.
- Un momento “hero”: un reconocimiento o anuncio con impacto emocional que todos recuerden.
¿Cómo hacer un buen reconocimiento a los empleados?
Algo habitual en estos eventos de cierre de año es premiar: la mejor campaña, al mejor empleado, la apuesta más innovadora…
Premiar por premiar es fácil; reconocer con sentido, algo más complejo, pero mucho más interesante. El mejor reconocimiento explica qué comportamiento ayudó a la compañía y por qué fue valioso.
Algunas buenas prácticas en este apartado pueden ser estas tres:
- Nominaciones peer-to-peer + un premio institucional.
- Testimonios cortos (cliente o compañero) que expliquen el impacto.
- Evitar listas largas: mejor pocos minutos poderosos que muchos nombres sin contexto.
Usar la tecnología con criterio en tu evento de Navidad
Que tu evento cuente con la tecnología más atractiva no garantiza innovación, pues el uso de esta herramienta solo tiene sentido cuando aporta soluciones reales a los retos del evento.
Te proponemos 3 ideas que pueden serte de utilidad (y cuándo usarlas):
- Plataforma de interacción en directo que permita lanzar preguntas y votaciones, ideal para evaluar en qué medida la audiencia se involucra.
- Photobooth digital y hashtag oficial (para amplificar y medir UGC).
- Streaming para asistentes en remoto, fomentando la inclusividad con subtítulos y un chat moderado.
Eso sí, cuando incluyas elementos tecnológicos en tu evento, no olvides la regla de oro: ensayar 48–72 horas antes y definir un plan B de conectividad.
Sostenibilidad e inclusión como parte del relato
Cuando los valores se ven en lo cotidiano, la coherencia construye confianza. Por eso, la sostenibilidad e inclusión no son extras que hay que incorporar en un evento, deberían ser señales del “cómo” trabajáis en tu empresa.
Contratar un catering local, minimizar el uso de plásticos, incluir opciones dietéticas etiquetadas, dar accesibilidad al espacio… son factores que tener en cuenta en tu evento.
Y para dar protagonismo a este aspecto, durante el evento puedes recoger ideas sobre sostenibilidad en la oficina, por ejemplo, con un panel de brainstorming situado estratégicamente.
Un evento corporativo de Navidad también se mide
Si has organizado tu evento corporativo de fin de año estableciendo un propósito, como decíamos al principio, lo menos que podemos hacer es medir los resultados. Pero no medir por medir.
Nuestra recomendación es que integres métricas que respondan a ese propósito inicial y que permitan decidir qué mantener y qué cambiar.
¿Cuáles son los KPIs que proponemos para esta acción?
- NPS interno post-evento o 3 preguntas clave que te permitan extraer el índice de satisfacción, orgullo y utilidad del evento.
- % de interacción en la app / votaciones (o en aquella acción de engagement que hayas diseñado).
- Volumen y alcance de contenido generado (fotos, posts con hashtag).
- % de asistentes que recuerdan las prioridades anunciadas.
Presupuesto y calendario: decisiones que liberan creatividad
La pregunta no es cuánto gastarás en tu evento navideño, sino dónde decides invertir para cumplir el propósito.
Como el tema presupuestario siempre genera debate, dejamos a continuación una guía práctica que utilizamos para nuestros eventos:
- Experiencia (activaciones, contenidos): 40–50 % del presupuesto.
- Tecnología y medición: 15–25 %.
- Catering y logística: 20–30 %.
- Producción y extras: 5–10 %.
También vamos a plantear un cronograma básico para no llegar al día del evento con el cortisol disparado:
- 6 meses antes: propósito decidido y responsable asignado.
- 3 meses antes: proveedores confirmados, concepto cerrado e invitaciones/convocatoria enviadas.
- 1 mes antes: invitados confirmados, guion maestro.
- 1 semana antes: ensayo técnico.
- +1 semana: encuesta y análisis de resultados.
Finalmente, algo que nos encanta es dejar una historia abierta.
Si has trabajado el storytelling de tu evento, en lugar de darlo por concluido, termínalo con una pequeña acción que arranque el año: una micro-tarea para equipos, una votación que priorice iniciativas, o la promesa de un comité que lleve lo hablado a resultados medibles.
Ya sólo queda, por lo tanto, desearte ¡Feliz 2026!